miércoles, 20 de febrero de 2008

Receta familiar

Una buena medida de amor verdadero, mucha atención y comprensión, una buena dosis de disponibilidad mezclada con algunos granos de dulzura y calma. Agregue una pizca de firmeza, busque un poco de buena voluntad, condimente con rectitud y sinceridad para conservar el buen gusto de la verdad. Ralle los deseos egoístas, los malos modos y las impaciencias, haga derretir su orgullo y su suficiencia, busque en sus reservas algunos granos de fe inquebrantables, una esperanza sin condiciones. Espolvoree con ternura, haga dorar en la superficie: tajadas enteras de buen recibimiento y de deseos de compartir. Agregue diálogo, pequeños servicios, gracias bien ubicadas, dándose sin retribución. Deje hervir despacio mucho tiempo dentro de la paciencia, antes de presentarlo hágalo arder en la alegría y si es posible, en un impulso de oración. Complete con un vasito de humor y usted obtendrá una familia sabrosa, padres cariñosos, jóvenes libres y alegres y buen entendimiento entre todos.