sábado, 22 de septiembre de 2012

Un premio muy esperado

Hace mucho tiempo que miro por televisión el programa "Turismo & Hospitalidad".
Con motivo de cumplir, en setiembre de 2011, sus primeros veinte años de emisiones ininterrumpidas, su creadora Cristina Castro, escribió un libro llamado "La Alquimista de Ilusiones" relatando sus anécdotas y vivencias en cada uno de aquellos viajes inolvidables.
La presentación se realizó en la "Feria Internacional del Turismo"; tuve la suerte de que me firmara un ejemplar y al decirle mi nombre recordara que en el capítulo donde hace mención a cartas y comentarios recibidos, figurara uno de los míos.
Este año siguen los festejos y continúan los premios para ser sorteados entre quienes participamos en su página de facebook, actualmente más de nueve mil fans.
El último domingo de agosto la gran sorpresa:
El premio consistía en una estadía para dos personas, desde el sábado a las 11 horas hasta el domingo a las 19 horas, en "San Ceferino Hotel & Spa".
Viajamos a este lugar de ensueño mi mamá y yo.
En la cena del sábado, llamada "Del Encanto", se aconsejaba vestirse de acuerdo a la ocasión:
Hemos vivido dentro de un sueño que será muy difícil de olvidar...

domingo, 9 de septiembre de 2012

En marzo de 2011...

...en “El diario de los grandes” publicado por ANSES, en la página nro. 18, salió esta nota que lleva mi firma, y dice así:
En el año 1927 mi abuelo pudo traer desde Italia a su esposa y su hijo, con cuatro años cumplidos, a la que sería su segunda patria. Un año más tarde nacía mi mamá: Liliana Di Tollo. Mi abuela Rosario, bautizada Rosa en Argentina, había leído una novela donde la heroína llevaba el nombre que luego le pondría a su hija, es así que ella trajo nuestro nombre al país. En los años treinta la familia tuvo que alquilar esa pequeña casa edificada en Florida para ir a trabajar como caseros a una quinta en Moreno, donde los chicos disfrutaban las delicias de anécdotas como ordeñar una querida vaca y más tarde hicieron sus estudios en una escuela del lugar. Otra de las cosas que mi nona trajo de su país natal, era la de utilizar prendas viejas, especialmente medias de nylon, para tejer luego de cortarlas; después de muchos años mi mamá continua con esa técnica como colaboración al medio ambiente. Desde el comienzo de este siglo, comenzó a participar en los torneos bonaerenses con sus tejidos, habiendo llegado en mas de una oportunidad a la final que se realiza en Mar del Plata, con la satisfacción que en los últimos años más de un representante de diferentes lugares, han seguido su ejemplo de reciclaje.
Liliana Beatriz Aquilante



sábado, 8 de septiembre de 2012

"Desde enero de 2009...

...esto es lo primero que veo al encender mi computadora"


jueves, 6 de septiembre de 2012

de Federico García Lorca

LA CASADA INFIEL
(Romancero gitano)

Y que yo me la llevé al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.

En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oído
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.

Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.
Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.

Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo, el cinturón con revolver.
Ella, sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.

Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.

No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo
la luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena,
yo me la llevé del río.
Con el aire se batían
las espadas de los lirios.
Me porté como quien soy.

Como un gitano legítimo.
Le regalé un costurero
grande, de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.