miércoles, 2 de abril de 2008

De "El Profeta" de Kahil Gibran

Vuestros hijos no son vuestros hijos.
Son los hijos e hijas del anhelo de la vida por sí misma.
Llegan a través de vosotros, pero no de vosotros.
Y aunque están con vosotros no os pertenecen a vosotros.
Podéis darles vuestro amor, pero no vuestros pensamientos.
En realidad, tienen ya sus propios pensamientos.
Podéis alojar sus cuerpos, pero no sus almas.
Pues sus almas se hospedan en la casa del mañana, que no podéis visitar, ni siquiera en vuestros sueños.
Podéis esforzaros en ser como ellos, pero no tratar de hacerlos igual que vosotros.
La vida no se dirige hacia atrás ni permanece anclada en el ayer.

No hay comentarios.: