domingo, 3 de agosto de 2008

La estación que se está yendo...

Dos textos anónimos que acompañábamos con música romántica:
¿Por qué ha de ser triste el invierno? Nos ofrece la tibieza del hogar, cuando se llega de la calle. Nos ofrece, en su máxima valoración, ese calor de nido con sugestión de pluma blanda… Nos ofrece también la plata de su cielo, el tul de su niebla. Y la esperanza de ver reverdecer las rosas en todos los cercos.
El invierno es una enseñanza de espera. La enseñanza suprema de la ciencia de la dicha, que consiste en aguardar el sol, a través de todas las nubes.

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