Nació el 30 de Abril de 1586 en la ciudad de Lima, su nombre verdadero era Isabel Herrera. Cuenta su madre al momento de su beatificación, que a los tres meses de vida, una criada india estaba meciéndola en la cuna y al descubrirle el rostro para saber si dormía lo vio por demás hermoso, exclamando que estaba hecho dentro de una rosa con ojos, boca, nariz y orejas de un color maravilloso y que de repente desapareció aquella rosa quedando ese rostro más lindo de lo que otras veces había visto. La tomó en sus brazos y prometió llamarla siempre Rosa. Durante mucho tiempo a Rosa le entristecía que la llamaran así por su belleza hasta que a sus 25 años, en el convento de San Francisco leyó la historia de Santa Rosa de Viterbo, y confirmando que había santa con su nombre, lo aceptó, entonces de rodillas delante de la imagen de Nuestra Señora del Rosario en la Basílica de Santo Domingo, le ofreció llamarse así. Santa Rosa vivió en casa de sus padres usando el hábito dominicano y dedicando la mitad de las horas del día al trabajo manual, tejiendo, bordando o cultivando flores para aliviar en algo los gastos de su familia que era muy pobre. Por ello en vida ya tuvo fama de santa, debido su labor para con los pobres y olvidados de Lima y a la limpieza de su alma que irradiaba. Falleció el 24 de agosto de 1617 en Lima, Perú, y fue canonizada en 1671.
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